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¡Qué gustico da el aire acondicionado!. Sí es verdad, pero tiene algunos inconvenientes, como la factura de la electricidad, la gorda del verano, que nos llega precisamente con el inicio del curso escolar ¡¡Menudo susto!!. Otro inconveniente estriba en que si ponemos el aparato para dar mucho frío la diferencia de temperatura con el exterior nos puede causar problemas de salud.
Si vives en la mitad sur de España es normal que haya días en los que si dispones de un aparato de aire acondicionado te importe poco la factura eléctrica y prefieras salvarte de morir achicharrado a ahorrar unos euros.
Pero entre no poner nunca el aire y hacerlo todos los días hay un punto medio con el que podemos sobrellevar el calor y las facturas de forma interesante.
Un simple ventilador, sólo a base de mover el aire, puede bajar la temperatura de una habitación entre 3 y 5 grados, en muchas ocasiones más que suficiente para que sea habitable.
También es importante jugar adecuadamente con puertas y ventanas, procurando cerrar a cal y canto la casa en las horas de máximo calor y abrirlo todo para que se refresque cuando llegue la noche.
Otro aspecto a no perder de vista es el precio del aparato. Mientras que un ventilador normalito puede costar unos 15€, un aparato de aire acondicionado, instalado en salón y dos habitaciones no bajará nunca de los 1.000 euros.
Así, si utilizamos el ventilador y reservamos el aire acondicionado sólo para unos pocos ratos, para esos momentos de máximo calor de los día de más calor del verano, nuestra economía se beneficiará y las reservas energéticas también.
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